Estado de la cuestión

Después de haber conversado con Luís sobre el devenir de esta gacetilla, ha convenido en mi propuesta de reajustar su línea editorial -hasta ahora un poco errática-, hacia contenidos algo más estables y previsibles temáticamente. Que nadie se alarme: nuestro homeocinismo literario proseguirá

Ergo, estoy constituyendo el Consejo Editorial por el cual el dr. Luís Roger (Ludovico el Rojo) asumirá el puesto de Prefecto para todo lo relacionado con filósofos griegos y bizantinos, Patrística y todo aquello sobre lo cual le apetezca a él escribir.

El hasta ahora llamado Kapellmaister Edmond, pasará a ser el Profesor Ramón Anta, (porque es las tres cosas), y será  nuestro Conducator en Música sófica. Si quiere hablar de cualquier otra cosa, lo hará, por tener el merecimiento para ello.

Yo haré lo que buenamente pueda.

Queda vacante un lugar para las cosas de filosofía natural. El Orientólogo está al caer. Un divulgador científico nos iría bien. También hablaré con Calixto Pleton, ya veremos.

El dominio oficial pasa a ser http://elcosmogono.com.

Se informará de todo a su debido tiempo y sin ansias.

«Et luna tota facta est sicut sanguis»

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La razón del título la hallamos en Apocalipsis, 6, 12. El documento hace referencia al eclipse total de Luna que se dio en el signo de Capricornio concurriendo Marte en conjunción en el mismo signo, Saturno en Sagitario dulcificando un poco con su semisextil. El Sol obviamente estaba en Cáncer, opositando lo que se ve, Venus en Leo y Júpiter en Libra. Si alguien quiere saber los pronósticos que se derivan de esta configuración que pregunte a un astrólogo: yo tengo mi propio sistema de interpretar estos eventos.

La foto la tomé desde la estación secundaria Poseidón. Está muy poco filtrada porque no gusto de fantasías gráficas. Este tipo de eclipse recibe el dramático nombre de «Luna de sangre». Para celebrar el hecho, al día siguiente me rompí el hueso escafoides de la mano derecha, que llevaré enyesada una luna cuanto menos.

 

10 años del Cosmógono y una reflexión

Estimados,

Este pasado mes de Marzo esta gacetilla cumplió 10 años. Una década, que se dice pronto, desde aquella primera entrada: la escena final del Don Giovanni, de Mozart: Es esta.

A lo largo de estos 10 años han circulado por estas páginas muchos inventos extraordinarios, textos de una profundidad inaudita, noticias importantes y extravagantes, eventos muy diversos, bodas, varios nacimientos, varias muertes, música antigua, algunos cometas, bastantes eclipses, mucha alquimia, mucha filosofía, mucha religión, mucha mística, mucha poesía, mucha ciencia, mucho amor que parecía mucho para revelarse poco y algún poco que demostró ser mucho, también hemos tenido amigos nuevos, amigos viejos, inamigos y desamigos y de todo ha habido y va habiendo en esta viña del Señor. Porque esto es una viña del Señor, que ha recibido 348.570 visitantes provenientes de 142 países que han llegado hasta aquí buscando información de lo más variopinto: desde el aedes albopictus a una buena traducción de algún texto cabalístico medieval. También hubo gente que venía a cotillear o a seguir la delirante literatura surgida de nuestra imaginación.

La cadencia de publicación disminuyó mucho a partir de un cierto instante, aproximadamente 2012, cuando Ludovico el Rojo se hizo cargo del mantenimiento de esta gaceta en mi ausencia, cuando yo fui a vivir a China primero y a Japón después, aprendiendo y estudiando nuevas maneras de ser y conocer. Ludovico me hizo el enorme favor de cuidar la casa y en el menester se ha comportado como un santo, o mejor aún: como un amigo (Jn 15, 15), toda vez que, durante seis largos años ha estado en el gobernalle de esta aventura y la ha mantenido dignamente a flote sin desvirtuarla en su espíritu. Hace un año volví de Oriente y hoy, tras un periodo de adaptación, me reintegro al consejo editorial de la casa.

Habrá algunos cambios de contenido, de acuerdo al nuevo rumbo magnético del Cosmógono. Habrá menos Alquimia y habrá menos Cábala. No obstante nada cambiará en lo esencial y siempre se pretenderá que el eventual visitante no salga de esta casa con las manos vacías.

Creo que no soy el mismo. Ver y tener el arcano que tantos buscaron desde la más remota antigüedad, no tuvo el efecto que de joven supuse, muy al contrario pues, ¿qué hace el constructor cuando ha coronado la obra? El mero acto de concluirla supone el fin de su oficio y de su arte. Ya no tiene obra a la que echar mano. Llegar, conseguir, tener, ganar, no son nada más que una antesala del perder. En consecuencia, se pierde. Se pierde todo lo que es artefactal y en su lugar aparece un infinito espacio de libertad, de demasiada libertad -de libertad sagrada-, que exige un modo radicalmente nuevo de estar en el mundo. Y aquí no supe encontrar este modo. Necesitaba expertos en el vacío, en la nada, en el no-ser, en el tiempo negativo y aquí en Occidente ni los había ni los hay. Hay que ir a Asia.

Hay que ir a Yunnan. Hay que ir a Fukui.

¿Qué hace el constructor cuando ha coronado la obra? Ahora lo sé: se sienta en la postura adecuada y practica Zazen. Abre un espacio de meditación en su pueblo para enseñar a meditar y medita sin esperar nada a cambio. Es agradable y es plausible.

A los que han estado visitando esta casa, gracias por su fidelidad. Todavía no he hablado con el doctor Luis Roger de varias cosas que hacen al caso, pero lo voy a hacer de inmediato. Con el resto ya iremos hablado.

Ahora, quiero celebrar estos diez años, que no se han pasado en un suspiro, sino en una eternidad. Desde la voz del valle,

Santiago Jubany

Una escuela de Zen

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A quien interesare:

Estoy creando una escuela de meditación en la linea del Zen y he pensado que lo correcto era comunicarlo a los amigos que frecuentan esta página.

Esta escuela de meditación, que aún no tiene nombre, es de orientación laica, pero lo que en ella se ofrece tal vez pueda auxiliar a cuantos quieran estrechar más y mejor su íntimo convivio con Dios.

Muy a menudo este convivio se ve comprometido porque la persona no sabe la manera correcta de estar en silencio o de estar en quietud, de manera que las agitaciones de la mente interrumpen aquel buen propósito.

Por ende, también hay un hecho insoslayable y es que una gran cantidad de personas de buena naturaleza interior, se ven aquejados de los sufrimientos propios de la angustia, la ansiedad y el pánico, y dado que no se puede dejar a estas personas a merced exclusiva de psiquiatras, psicólogos y psicofármacos, justo es que aprendan el único remedio para curar -que no paliar-, este sufrimiento suyo.

A tal efecto propongo una enseñanza, unas conferencias, una práctica contemplativa en compañía y lo que se llama Dokusan, que significa instrucción privada.

Por lo pronto esta escuela y comunidad fraternal tendrá su lugar natural en Catalunya. Más adelante, ya veremos.

Cualquiera que esté interesado en la noticia, que me escriba a valgris@gmail.com y me lo haga saber.

Yo soy Santiago Jubany. Os saludo a todos.

Bella virtù

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Según me hago viejo, más estimo la Bella Virtud donde la veo y si puedo, tomo un boceto fotográfico para memoria. En este caso, la Bella Virtud, que es generosa, no me ha prohibido que la exponga aquí, para común agrado y por tanto, con su permiso aquí la expongo, agregando un fragmento de Angelo Poliziano que, a mi modesto juicio, no está de más. Hoy estoy contento.

Directorio de las malas virtudes: la conciencia tranquila (II)

Donde tener la conciencia tranquila significa, las más de veces, tener la conciencia vacante o extinta o engañada, pues de otro modo no se explica que, ante los despropósitos de los que es testigo nuestra era, tanto en lo general como en lo particular, nadie, ninguno, confiese culpa alguna, ni acepte la parte que de ella pueda corresponderle. Nunca había visto yo tantas conciencias tranquilas en mis años.

Pues, ¿no es extraño que yendo las cosas tan mal como se ve, todos prediquen su tranquilidad de conciencia? ¿Cómo es esto posible? A ojos propios todos quedan excusados del universal desaire porque en sus actos todos actuaron de acuerdo a su conciencia, y si hubiera culpa, en todo caso será ajena. De esta forma, queda el actuar en conciencia como la norma moral imperante, pues no estando definida la conciencia sino muy vagamente, siendo palabra de prestigio, se acude a ella sin reparo alguno. Por tanto, para evitar las molestias del escrutinio moral, invoquen ustedes constantemente a su conciencia.

O esto suyo es una insensatez y un desacuerdo con la recta razón o bien estaré yo hablando así por padecer algún género de enfermedad espiritual, pues en lo mío, por más que me examino, más me duelen la pena de tantos errores cometidos por culpa enteramente mía, que el placer que acompaña a los actos presuntamente buenos, que nunca veo lo bastante buenos ni afinados. Y mientras la mayoría se ufana de «dormir muy bien por las noches«, yo entro en las mías con el ánimo contrito, porque en ese recogimiento previo al sueño me vienen a la mente las ocasiones de hacer el bien que durante el día he perdido y las ocasiones malhadadas por torpeza puramente mía, sin paliativos. La conciencia tranquila no es algo que tengo, antes bien, algo que quiero tener y no puedo porque no dejo de actuar contrariamente al Bien.

Sin embargo, a mi me parece que donde hay culpa ha de haber desazón y en la desazón, contrición, y esto a mi se me antoja muy acorde a la sanidad del alma pues está en su constitución natural la facultad de remorderse; este efecto nos intranquiliza y perturba a fin de conducirnos al arrepentimiento de donde se seguirán en el futuro, acciones muy mejores. A esta facultad llamaban los antiguos griegos «sindéresis» o «sindereia«, afirmando que es una chispa divina que, estando en nosotros, nos habla y nos afea las torpezas, como el daemon de Sócrates, que sólo le hablaba cuando hacía o decía algo impropio.

Mas hoy, el remordimiento que tortura el ánimo, no como castigo sino como impulso a buscar el perdón, perdón que es una bendición resolutiva, se esquiva con el enojoso argumento de la conciencia tranquila o muy tranquila, pues este es baluarte donde no alcanzan las censuras, una piel de reptil sobre la que resbalan los consejos más probados; pues, una vez contado y pesado, tener la conciencia tranquila no es ni meritorio ni de presumir, lo meritorio es tener la conciencia recta, buena y sobre todo, inspirada por Dios. Y la prueba de ello arriba cuando no es uno quien afirma la rectitud de su conciencia (afirmación siempre temeraria), antes bien, cuando son los demás quienes, juzgándolo a uno, desean tomarlo como ejemplo, y desean emularlo en lo virtuoso. Pero esto ya nos llevaría a alargarnos demasiado.

Panateneas

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Con la Luna llena de esta noche, siendo san Platón, damos por finalizadas las fiestas Panateneas -o Minervalias- de este año, que otrora fueron fiestas patronales de esta casa y que este año han pasado sin pena ni gloria. No me impida esto recitar su piadoso himno:

«Palas unigénita, hija venerable del grandioso Zeus, divina y bienaventurada diosa, provocadora del estruendo guerrero, furibunda, nombrable e innombrable, celebérri­ma, cavernícola, que frecuentas las escarpadas cimas de las montañas y los umbrosos montes, y cuyo corazón se regocija en los boscosos valles. Belicosa, que hieres con desvaríos las almas de los mortales, doncella que practicas el ejercicio, y posees un ánimo que infunde espanto, gorgonicida, que rehuyes el matrimonio, felicísima madre de las artes, excitante, que envías la locura a los malvados y la sana prudencia a los honrados; varón y hembra por naturaleza, engendradora de gue­rras, prudente, de cambiantes formas, serpiente, deseosa de inspiración divina, receptora de brillantes honores, des­tructora de los Gigantes de Flegras, conductora de ca­ballos, tritogenia, eliminadora de desdichas, victoriosa dei­dad, durante el día y la noche, sin cesar, en el último momento. Escucha, pues, mi súplica, dame una paz felicí­sima, abundancia y salud en medio de dichosos momen­tos, ojizarca, inventora de las artes, soberana a la que se diri­gen muchas súplicas«.

Y el que escribió el sabio Homero:

«Comienzo por cantar a Palas Atenea, gloriosa deidad de ojos de lechuza, la muy sagaz, dotada de implacable corazón, virgen venerable, protectora de ciudades, ardida Tritogenia. A ella la engendró por si solo el prudente Zeus en su augusta cabeza, provista de belicoso armamento de oro radiante. Un religioso temor se apoderó de todos los inmortales al verla. Y ella, ante Zeus egidífero, saltó impetuosamente de la cabeza inmortal agitando una aguda jabalina. El gran Olimpo se estremecía terriblemente bajo el ímpetu de la de ojos de lechuza. En torno suyo, la tierra bramó espantosamente. Se conmovió el Ponto, henchido de agitadas olas y quedó prontamente inmóvil la salada superficie. Detuvo el ilustre hijo de Hiperión sus corceles de raudos pies por largo rato hasta que se hubo quitado de sus inmortales hombros las armas divinales la virgen Palas Atenea. Y se regocijó el prudente Zeus. Así te saludo a ti también, hija de Zeus egidífero, y a ti compondré otro canto«.

Y hasta el año que viene si Dios quiere.

Diccionario neológico (I)

Tontología

Figura retórica o dialéctica definida por una sinrazón argumentada, o bien, argumento robusto que concluye en una sandez, o bien, desnuda tontería que hace de su desnudez, virtud, o bien, sentencia o afirmación absurda. Si es el caso o si no se comprendiera bien el concepto, se añadirán algunos ejemplos.

Telúricos y pelágicos

Sobre telúricos y pelágicos. Establecer una distinción entre dos grandes grupos humanos en permanente conflicto: los telúricos y los pelágicos, portadores ambos de sus respectivos dogmas, manías y creencias. Sean telúricos los que se complacen y hallan placer en las montañas, sierras, escarpados y demás efusiones minerales de la magna Tellus, por abusivas que estas sean.

7  (Grupo de telúricos: «Alsa, vailets, una mica més que ja ho tenim això!»)

Sean pelágicos los que hallan un gusto análogo en las cosas de la océana mar y de su piélago, sea en su calma como en su furia.

pelagica(Un ejemplar joven de pelágica, en su medio natural)

Los hebreos son el pueblo telúrico por excelencia: su historia empieza en una montaña, el mar no les gusta nada y sus dogmas son tan inamovibles como el monte Sinaí. En cambio, los griegos son la gente pelágica por antonomasia, con lo que esto comporta de labilidad dogmática. La hibridación entre estas dos concepciones del estar-en-el-mundo (In-der-Welt-Sein), ha dado lugar al paisano que contemporiza. Yo soy profundamente pelágico (que no pelagiano). Me quitas de la mar y de sus cosas y fallecería de pena. Este verano miraré de escribir un ensayo sobre esta doctrina que tengo, justificándola razonablemente.

Directorio de las malas virtudes: la autoestima (I)

Al hilo de lo anterior, quiero enumerar y reflexionar acerca de algunas pseudovirtudes que el siglo ha puesto de moda para sustituir a las virtudes auténticas pues estoy en la exacta comprensión de que si las virtudes auténticas nos liberan, las pseudovirtudes nos alienan y reblandecen nuestro sieso, con todas las desgracias que esto conlleva, de las cuales la primera es, entiendo yo, el riesgo de quedar desvivido. Convencido de lo anterior, he pensado en escribir un directorio de malas virtudes (o virtudes simulacrales) de las cuales la primera es la siguiente:

-La autoestima. Si en lugar de pretender una autoestima alta las personas buscaran estimar altamente a los demás ya habríamos dado un paso en la buena dirección. Pero no: al parecer el asunto consiste en ser un bárbaro de bárbaras costumbres y, al mismo tiempo, aspirar a tener una gran autoestima, lo cual me parece contranatural, desatinado y nocivo, amén de imposible. Cuando uno hace o siente el mal, natural es que no tenga motivos para tener una autoestima alta y, si la tuviere, peor será el pronóstico. Por otro lado, se entendería la autoestimación si ésta se explicara como un estimar lo que en cada cual es estimable, a saber: aquel Dios que mora en el interior de todos. De esta forma, uno ha de amarse a si mismo no por lo que uno es, sino por aquello de lo que uno es portador: un Dios que, desde dentro, a todos nos impulsa a hacer el Bien. Quien estima a Éste, se autoestima con motivo y para siempre. Este argumento también explica el amor que debemos a los demás, que no es amor de personas y cuerpos sino amor de Aquel que en cada cual reside como en su morada natural. Por contra, hoy prevalece el antojo personal de autoestimarse a pesar de todos los vicios y defectos habientes (que proceden todos de la ignorancia de lo dicho), como si la autoestimación fuera un prestigio que nos lustra cuando, en realidad, nos hace sombríos y patéticos. Por tanto, no se quiera curar nada del alma sin abajar la autoestima del que la tiene sin motivo, y sin recordar al que se aflige de su poquedad, la magnitud de ese prójimo que habita secretamente en él. Sobre esto hay mucho que hablar.

Fórmula de la felicidad plausible

En los últimos meses, no son pocas las personas que se han dirigido a mí interrogándome acerca de la felicidad, no como concepto general, sino como objeto personal y privado que les hubiera sido arrebatado por alguna fuerza odiosa y cuya restitución inmediata exigen tant si com no. Si esta manía de obtener la felicidad no se deshincha lo antes posible, todo irá de mal en peor, porque siendo como es un bien escaso, bien pudiera ser que no alcanzara para todos. Por eso, en una entradita previa a la presente ya hablé de la felicidad de síntesis como recurso. Pero no hay manera y seguimos con la canción de la felicidad. Pues bien, ya que estamos en ello, adjunto un documento que en mi familia se ha transmitido de generación en generación, por el cual todo mortal puede obtener la felicidad en este mundo si está dispuesto a poner manos a la obra para obtenerla. Por primera vez la pongo a disposición de todos, en la confianza de que mis hermanos no se enfadarán por este acto mío.

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(Fórmula de la felicidad)

Noticia sobre las gripes

Hoy leo el siguiente teletipo en la prestigiosa revista científica Naturehttp://www.nature.com/nrd/journal/v9/n9/full/nrd3258.html; una versión más sencilla sobre la noticia, aquí: http://www.telesurtv.net/articulos/2013/06/24/crean-vacuna-contra-la-gripe-en-forma-de-parche-adhesivo-3559.html. Lo siento, pero una vez más, yo me anticipé, si consultamos lo que anuncié el 28 de Octubre de 2009, en esta misma gacetilla, a saber: https://cosmogono.wordpress.com/2009/10/28/vacuna-transdermica-en-estudio/. Me sabe mal decirlo así, pero hay un infiltrado entre nosotros, que aprovecha mi capacidad inventiva para forrarse el riñón: el exoesqueleto para discapacitados, la estructura de una vacuna contra el HIV, el by-pass químico y neurológico para afectaciones graves de la cola de caballo y otras tantas cosas. En fin, para eso estamos. A mandar.

Gracias, Bertoldo el Negro

De Bertoldo el Negro, el más bueno, el mejor de los hombres y de mis amigos, recibo un correo cuyo contenido guardo para mí; no obstante, sabiendo del fallecimiento de mi padre, ha querido honrarle y con él, a quien esto escribe, con una grabación que me remite, grabada por él mismo.

Amigo, hermano, tú sabes bien lo que esto representa para mí, pero sabedor como eres de que la Belleza no es un bien privado, no me riñas si hago pública aquí tu amorosa ofrenda, para silente oración y disfrute de quienes en tu mismo espíritu, nos gloriamos de la comunidad de bienes espirituales. Por aparte privado te respondo; en público, aquí y ahora, agradezco tu bonhomía y te hago llegar mi abrazo más fraternal y emocionado. Que Dios te bendiga a ti y a tu casa, que no os falte nunca ni pan, ni leche ni miel y que el Espíritu Santo habite siempre entre vosotros. Siempre tuyo, Santiago.

Himno homérico a Marte

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Atribuido a Proclo por algunas fuentes. Durante años he tenido a Minerva como portadora de mi égida, pero hoy ya no.

«¡Marte poderoso, de carro atronador, de yelmo dorado, noble, armado, portador del escudo, motor de la tierra, de brazo fuerte, incansable, lancero, bastión del Olimpo, generador de la alegre victoria y defensor de lo justo. Si para los malos eres tirano, para los justos, eres un glorioso caudillo, el más fuerte, que desprendes tu luz en el cielo, entre las estrellas y sus siete caminos, donde siempre, ígneos potros conducen tu carro en la senda tercera. Oh, tú, escúchame, protector de los hombres, dador de la juventud altiva que circundas de luz y esplendor nuestra vida y nuestra marcial fortaleza. Ojalá pudiera yo, por fin, rechazar la amarga cobardía de mi propia cabeza, arrojar de mi mente la ira que a mi alma engaña  y frenar la terrible pasión que me impulsa a emprender funestas batallas. Y si esto consiguiera, entonces dame perseverancia para cumplir con los tratados de paz, ahuyentar al enemigo vehemente y evitar una muerte violenta!«

Música saturnal

Hoy, navegando por la profusa página de la NASA, a la que estoy suscrito desde que les propuse poner una sandía en órbita, he ido a topar con un enlace a la Universidad de Iowa. En este enlace se ofrece, entre otras cosas, una grabación efectuada por la nave Cassini en Abril de 2002. Son ondas de radio, en el rango de 30-80 kHz, provocadas por las auroras ubicadas en los polos saturnales. Esto es tan auténtico como parece y no tiene nada que ver con esas depravaciones nueva-era que sirven presuntamente para meditar. Esto es poesía pura.

Escena costumbrista

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Donde escena costumbrista significa es cena acostumbrada. Que no falte pan de kamut (trigo egipcio), dátiles de Judea, garum, moretum, vino de Hispania, olivas de Kalamata (Esparta), aceite de Ilerda, vinagre, cebollas, pepinos, ajos, limones, queso de cabra, peras, melones, higos, menta verde, miel de Lusitania, fuego, agua fresca y, opcionalmente, cordero de Tavèrnoles y perros-estufa. Y con un triclinio, así culmino cada día, damas y caballeros. Aprovecho para anunciar que la semana que viene, con ocasión de las Panateneas y durante un mes, recibiré y convidaré a cuantos deseen agapear conmigo en mi casa, para conversar de cuanto gusten, humano y divino. Hay estancias para que los invitados duerman la preceptiva mona, por supuesto. Después de las Panateneas, ya es más difícil.

La Academia Celeste

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Llámase Academia Celeste al alto sitial donde aprendemos las ciencias inmarcesibles de boca misma de nuestros Patronos y Maestros cuyo doctorado verdadero nos informa en espíritu sin que medien las trabazones propias de la instrucción terrestre, que es siempre torpe por sujeta a la opinión, al pago y al siglo. De uso, se acude a la Academia por la noche y durante el sueño, a efectos de que la Verdad recibida no se vea impedida por el influjo de los sentidos. De aquí mana todo el genio, de aquí mana toda invención y utilidad, Universidad regida por el propio Espíritu Santo que a sus educandos inscribe las lecciones en su corazón para bien de todos los necesitados y de cuantos sufren. Aquí no hay más que una lengua: la que todos olvidamos en el momento de nacer, para adquirir otra de vulgar, y con aquella todos nos entendemos. En el pórtico de entrada dice: Uno es el que entra, otro es el que sale, dando a entender que el Conocimiento que aquí se imparte cambia nuestra natura, pero también se entiende como: tú has sido acepto, pero otro es expulsado. En el pórtico de salida se dice: Tú que sales, a ver si vuelves, como si dijera: si te arrogas como tuyo y propio el saber que has recibido y no les das uso cabal, mira que no volverás a entrar, pero este «a ver si vuelves» es más bien un deseo que una amenaza*. Pues aquí nadie accede por méritos o derechos propios, sino por elección del Santo. Por tanto, nadie debe presumir ni nadie está autorizado a aceptar para si, en este mundo, el título de maestro**. Aquí hay muchas facultades: la vera medicina se enseña aquí, la física del Bereshit también, la química, la astronomía, la matemática y la música, la lógica del Verbo, la mayéutica, la biología, la química y otras ciencias que aún están por descubrir en este mundo, donde son conducidos cada cual de acuerdo a su carisma propio y para promoción del mismo. Hay jardines y claustros y manantiales y paseos por donde deambulan las almas rectas coloquiando pacíficamente las cosas que se aprenden. Los Maestros que imparten son rigurosos, pero no rígidos, suaves pero no blandengues. Quien está en la Academia Celeste sabe que lo está, quien lo duda, no lo está, pero todos debemos tratarnos unos a otros como si fuéramos condiscípulos de tan alto honor. Cuando despertamos, toda la enseñanza queda guardada en algunos lugares secretos del alma y parece que la olvidamos, pero no es así, y este aparente olvido es para que la administración de tales talentos se acomode a nuestro estar mundano sin representar engorro. Nadie se doctora en vida, con lo cual doy a entender que no se agota el dogma en el margen de ochenta años. Podría hablar mucho de esto, pero con lo dicho yo creo que vale.

 Estas dos inscripciones, aunque parezca chocante, no las recuerdo bien,  pero valgan como aproximación**Sobre este particular hay varios matices, pero esta es la norma general.

Apuntes sueltos (I)

Cosas que investigaré o explicaré cuando tenga tiempo y ganas: 1. El vértigo inverso, esto es, el miedo a caer hacia arriba. Con repercusiones psicológicas, sociales, culturales, físicas y existenciales. Las personas o sociedades que lo padecen evitan mirar al cielo por temor a ser proyectados hacia el mismo por una fuerza ominosa y contraria a la ley de la gravedad, fuerza a la que -provisionalmente- llamaré fuerza de la levedad. Así como el individuo aquejado de vértigo común teme perder su yo en un punto exacto del suelo, el sujeto aquejado de vértigo inverso teme que su yo quede disipado en la gran vaguedad del éter celeste. Para evitar la posibilidad de este evento indeseado et caetera. 2. Sobre el alma de los animales, sobre el modo de su conciencia, si conserva su identidad después del deceso, si es inmortal y caso de ser así, en que orden de la realidad se verificaría, si tiene asiento futuro ante el Trono del Altísimo y en qué forma, si en ella cabe algún género de progresión al Bien y otras cuestiones concernientes a lo mismo. 3. De fatum, o axiomas relativos a la fortuna y la fatalidad, el destino y la Providencia, la Necesidad y el libre albedrío, sobre la teurgia y el milagro, si son conceptos que se incluyen o se excluyen y en su caso, si pueden coexistir en el mismo orden referencial o sólo son congruentes en sus respectivos discursos.

La cuadriga del Amor y de la Belleza

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Yo soy un cazador de Belleza, como todo el mundo sabe, esto me obliga a estar siempre atento porque la Belleza es como una estrella fugaz: dura un instante. Por eso estoy muy feliz, mucho, porque mientras estaba comiendo unos humildes peces, la Cuadriga del Amor y la Belleza ha desfilado ante mí, y yo he tenido la inmensa suerte de poderla captar, para disfrute de las personas que saben reconocer la perfección allí donde se manifiesta. Oriol, Anka y sus dos fieles me han proporcionado la perla de mi día y, gracias a ellos, por ellos, he sentido la convicción exacta de que el Amor y la Belleza no son abstracciones resultantes de una mente ociosa, sino una realidad sensible que nos devuelve la Esperanza de un algo mejor.

Yo jamás había visto, en mis años, la Cuadriga del Amor y la Belleza, hasta hoy y confieso que ante ella, la de Apolo y Diana no son nada. La de Oriol, Anka y sus dos fieles lo son todo. Este es mi pensar. Por ello ruego a Dios para que (si hay ocasión) me acepten como amigo leal, sincero y eterno.

Del Ente y del Uno

Del eximio Pico de la Mirándola, de quien ya hemos publicado otras cosas y algunas otras que vendrán, ofrezco este tratado sobre el Ente y el Uno, donde nuestro joven maestro intenta conciliar la doctrina de Platón y la de Aristóteles, a los que -por alguna razón extraña-, se pretende irreconciliables en sus tesituras respectivas. Esta obra es densa, de altas miras y aunque breve, satisface y agrada. Los que no gusten mucho de los entresijos de la ontología, que se queden con el capítulo X, que es de buena nutrición. Buen provecho.

Pico de la Mirandola. De ente et Uno